Empiezo con esto nomá porque tenía ganas de poder compartir algunas de las cosas que escribo, espero que les guste... igual tiene pinta, no?. Les dejo un micro-relato que escribí el año pasado, llamado San Pedro. Hasta luego y gracias por compartir!
Cuentan los viejos conocedores de la D, que entre la barra de Yupanqui se esconde el propio San Pedro, portador de las Llaves del Cielo. Dicen quienes saben, que todos los domingos se corporiza en la tribuna “trapera”, tomando la forma de una mujer. Contrario a lo que podría esperarse de un Santo, la mujer no es bella ni virtuosa y es, en cambio, arrogante, cruel, gorda y fea.
Los jugadores, anoticiados de tal epifanía, apelan a sus virtudes deportivas para ganarse el Descanso Eterno. En cada partido el equipo reparte caños, chilenas, goles de tiro libre, atajadas imposibles. Algunos han llegado a dedicar sus más elaborados goles a gordas ignotas, en la esperanza de obtener con tal gesto la gracia divina.
No obstante, ningún jugador ha podido lograrlo; y muchos se han tenido que conformar con triunfar en Europa y con cobrar sueldos millonarios.
Pero eso no significa que se haya dejado de intentar, en aquel u otro potrero, la gambeta que sirva de llave pa’l cielo.
