25 may 2011

Pájaros II

Los dueños de las dimensiones desconocidas abrieron los portales de la eterización. Uno a uno fueron citando los nombres de aquellos condenados a errar en el universo.

Sus cuerpos, lívidos y tristes se difuminaban entre velocidad y silencio.
Yo lo vi desde este lado del agua-tierra-agua...


Y tu estela era parte de ellos. La colimba del universo absorbió tu luz.




Pero yo nunca te olvidaré.

7 may 2011

Simplemente Laurie Anderson

Laurie Anderson - Rotowhirl (clic para escuchar el tema en YouTube)


"Alrededor de 1978, conocí al cómico Andy Kaufmann. Él estaba realizando su acto de vanguardia en un club en Queens. La actuación comenzaba con Andy tocando los bongos, y por alguna razón desconocida, sollozando. Nos hicimos amigos, yo actuaba como el "hombre" de Andy en los clubes y las excursiones. En el Improv de Nueva York, Andy comenzaría su show insultando a las mujeres y diciendo, "no las voy a respetar hasta que una de ellas venga aquí y me derribe". Ese se suponía que ese debía de ser mi trabajo. Me senté en el club a beber whisky tratando de sacarme los nervios; mientras tanto, yo también debía estar amenazándolo. Y después de tres whiskys había conseguido ser bastante abusiva. Derribarlo fue realmente muy difícil porque Andy sí que luchaba.
En uno de nuestros viajes íbamos a Coney Island para probar algunas de las teorías de Andy sobre la comedia de vanguardia. Nos pusimos cerca del juego de "Pruebe su fuerza", el del martillo grande con la campana, y Andy se burlaba de todos los chicos que golpeaban. Y se suponía que yo debía rogarle por uno de los grandes conejitos de peluche."Oh Andy Cariño, por favor, dame un conejito, por favor". Finalmente Andy daría un paso hasta el gran termómetro y lo golpearía con el martillo. El indicador se elevaría a unos cuantos centímetros para que se escuche un "¡Inténtalo de nuevo, debilucho!". En este punto, Andy comenzaría a gritar que el juego estaba arreglado y exigiría ver al gerente. También fuimos al Rotowhirl, el juego en que todos están agarrados contra las paredes de un cilindro giratorio y estirando sus cuerpos por la fuerza centrifuga. Antes que el juego comience realmente, hay un par de minutos incómodos, mientras el encargado chequea el motor, mientras los pasajeros, atados de pies y cabeza, se miran el uno al otro. Este era el momento del que Andy se aprovecharía. Él comenzó a mirar hacia todos lados espantado y luego comenzó a llorar: "Ya no quiero estar en este juego; cambié de idea; Vamos todos a morir!" Los otros pasajeros miraron alrededor amilanados: ¿Acaso deberían ayudarlo?... entonces Andy comenzaría a llorar sin control.
Yo amé a Andy. Vino a mi casa un día y leyó una novela que estaba escribiendo; la leyó toda la noche. Y yo no sé si algo de ese libro se supo siquiera. Nunca fui una de esas que esperaba que Elvis estuviera dando vueltas en algún lugar, pero probablemente siempre esperé volver a ver a Andy reaparecer, algún día."